Bogotá, la capital de Colombia, es una ciudad en constante evolución. Durante los últimos dos años, ha sido catalogada como una ciudad en construcción, con alrededor de 1.100 frentes de obra en desarrollo. Esta realidad ha transformado la forma en que los bogotanos se desplazan, convirtiendo a la ciudad en el lugar del mundo donde más tiempo se gasta en trancones, o atascos de tráfico.
En este contexto, el Gran Debate Juvenil, organizado por la Universidad de los Andes, reunió a cinco de los nueve candidatos a la alcaldía para discutir sobre la movilidad en la ciudad. Aunque tres de los candidatos no asistieron, los que sí lo hicieron expresaron su postura sobre el pico y placa, una medida de restricción vehicular, y propusieron medidas para mejorar la movilidad.
Juan Daniel Oviedo, uno de los candidatos, reconoció que el pico y placa fue una medida efectiva en su momento, pero su efectividad ha disminuido con el tiempo. Propuso preparar a la ciudad para su eliminación, buscando alternativas como los cargos por congestión. Según Oviedo, la medida del pico y placa tiene un rendimiento negativo que afecta al comercio mayorista y a las operaciones logísticas de la ciudad.
Por su parte, Nicolás Ramos señaló que Bogotá ha estado perdiendo dinero en estrategias de movilidad que no están funcionando. Aunque no propuso eliminar el pico y placa, sí sugirió modificarlo a un modelo de “dos letras y dos números”. Este modelo tomaría en cuenta todo el parque automotor del país y lo cruzaría de manera alterna con un algoritmo que garantizaría solo un día a la semana de restricción.
Diego Molano fue más crítico con el pico y placa, afirmando que nunca ha funcionado y que es una medida obsoleta. Propuso la aplicación de un modelo de tecnología e inteligencia artificial que permitiría distribuir el flujo de vehículos en toda la ciudad sin necesidad de restringir la movilidad. Además, sugirió impulsar nuevas formas de movilidad y acelerar la terminación de las obras en vía.
Carlos Fernando Galán, otro de los candidatos, señaló que el pico y placa fue el resultado de no haber tomado medidas eficaces en el momento indicado. Aunque quiere acabar con esta medida, reconoció que no será posible hacerlo en cuatro años debido a las obras en curso y las proyectadas. Propuso evaluar una modificación del horario del pico y placa, mejorar la gestión del tráfico en vías principales e imponer un esquema de orden para el cumplimiento de las normas.
Finalmente, Rodrigo Lara describió a Bogotá como una ciudad con uno de los peores sistemas de transporte del mundo. Propuso un desmonte gradual del pico y placa, que describió como una medida autoritaria. Sugirió eliminar la restricción entre las 10 a.m. y las 3 p.m. para la población en general, eliminar la medida para el personal de la salud y la Fuerza Pública, y quitar la rotación de las placas que está vigente. Con la ayuda de la tecnología, planteó eliminar la medida en la ciudad en los próximos tres años.