La capital colombiana, Bogotá, se enfrenta a una situación crítica tras una noche de intensas lluvias que han dejado a su paso un panorama desolador. La Autopista Norte, una de las principales arterias de la ciudad, amaneció cerrada debido a las inundaciones que afectaron gravemente la movilidad y la seguridad de los ciudadanos. Los humedales de Torca y Guaymaral, ubicados en el norte de la ciudad, se vieron especialmente afectados, lo que provocó que el agua se desbordara e inundara las vías adyacentes.
Durante la noche, los organismos de emergencia trabajaron incansablemente para evacuar a las personas atrapadas en los encharcamientos. El Puesto de Mando Unificado, instalado por el Distrito, informó que se logró evacuar a 2.350 personas. Sin embargo, aún quedan 350 personas por evacuar con buses del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y 190 que lo harán con medios propios. El secretario General, Miguel Silva, detalló que los esfuerzos continúan para garantizar la seguridad de todos los afectados.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha estado supervisando personalmente la situación. En sus recorridos por las zonas afectadas, ha constatado que aún hay menores de edad en los colegios, acompañados por maestros y padres de familia. Para facilitar su evacuación, se han dispuesto rutas de Transmilenio y apoyo de los Bomberos. La prioridad es asegurar que todos los niños y sus familias puedan regresar a sus hogares de manera segura.
La secretaría de Movilidad ha informado que el cierre vial de la Autopista Norte se mantiene desde la calle 235. Los organismos de emergencia continúan trabajando en la evacuación de los vehículos varados, especialmente a la altura de la Calle 222, en sentido Norte-Sur. Para quienes necesitan salir de Bogotá por la salida norte, se recomienda tomar la carrera Séptima. En cambio, para ingresar a la ciudad, se ha habilitado un contraflujo en la calzada oriental de la Autopista Norte.
El sistema de transporte masivo Transmilenio también se ha visto afectado. El Portal Norte permanece cerrado, y las rutas alimentadoras Guaymaral y Jardines están suspendidas debido al alto tráfico y los trabajos de remoción que se están llevando a cabo. María Fernanda Ortíz, gerente de Transmilenio, ha informado que 12 rutas de TransMiZonal han activado desvíos para mitigar el impacto en los usuarios.
La inundación ha dejado a muchos vehículos de transporte escolar, público y particular atrapados, con estudiantes y profesores a bordo. Esta situación ha llevado al gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, a tomar medidas preventivas en los colegios públicos. Junto al alcalde de Chía, Leonardo Donoso, han sugerido a las instituciones privadas considerar la suspensión de la jornada académica. Además, se ha instruido a los colegios públicos de Cajicá, Sopó y Tocancipá a suspender las clases, especialmente para aquellos profesores que residen en Bogotá y deben transitar por la vía afectada.
La prioridad de las autoridades es proteger la integridad de los niños y niñas, así como de todos los ciudadanos afectados por esta emergencia. La situación en el norte de Bogotá es un recordatorio de la vulnerabilidad de las ciudades ante fenómenos climáticos extremos. La coordinación entre las diferentes entidades y la colaboración de la ciudadanía son fundamentales para superar esta crisis. Mientras tanto, los esfuerzos continúan para restablecer la normalidad en la capital y sus alrededores.
