La mañana del jueves 20 de junio, los habitantes de Usme, en el sur de Bogotá, se encontraron con un panorama caótico. Desde las 6:00 a.m., los bloqueos en las inmediaciones del Portal Usme paralizaron el tráfico, obligando a cientos de ciudadanos a caminar largas distancias para llegar a sus destinos. Las manifestaciones, aunque previstas, tomaron por sorpresa a las autoridades de tránsito. Pero, ¿qué llevó a la comunidad del Danubio Azul a salir a las calles?
La convocatoria a la protesta circuló un día antes en redes sociales y en los grupos de la UPZ 56 de Usme. La comunidad, junto con organizaciones sociales, la comunidad educativa y el comercio local, exigía la culminación de obras que llevan años inconclusas. “Exigiremos al IDU, Alcaldía Mayor, Alcaldía Local y entes de control, la culminación y entrega oportuna”, rezaba el llamado a protestar.
Entre las obras y servicios que la comunidad demanda se encuentran la terminación del acueducto de la calle 64 sur, las vías de conexión con los apartamentos de Amarilo y la provisión completa de medicamentos en los Centros de Atención Primaria en Salud (Caps). La concejala de la oposición, Donka Atanassova, destacó que la comunidad de Danubio, en Usme, “se manifiesta exigiendo la finalización de las obras dentro de la UPZ 56”. Según Atanassova, los habitantes buscan respuestas sobre las irregularidades en las obras del puente 4 Caminos, la calle 64 con 1bis y el abandono de las obras de intervención de la calle 65 y las vías de conexión con Amarilo. Además, exigen la finalización de la extensión de Transmilenio desde Molinos hasta el Portal.
La gerente de Transmilenio, Maria Fernanda Ortíz, intentó desmarcar al sistema de transporte de la protesta, afirmando que la manifestación era “ajena al servicio”. Sin embargo, los cibernautas no tardaron en recordarle que la ampliación de Transmilenio y la falta de rutas del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) son factores que también motivaron la protesta. “La protesta hoy en Usme no es del todo ‘ajena al servicio’. Cinco años ampliando la Caracas en un tramo de 3 km, abandono de obra de Cuatro Caminos en La Fiscala, retrasos en otras, inseguridad en el sistema y cada vez peor y más caro el SITP”, comentaron en redes sociales.
La concejala Atanassova subrayó que Usme lleva seis años esperando estos arreglos. “La obra en la Caracas se volvió paisaje, las obras inconclusas tienen la zona colapsada, mientras la gente soporta los trancones, deterioro de calidad de vida y sigue condenada a segregación socioespacial. ¿Cuánto tiempo más deben esperar?”, cuestionó en sus redes sociales.
La situación en Usme es un reflejo de problemas más amplios que afectan a muchas comunidades en Bogotá. La falta de infraestructura adecuada, la inseguridad y la insuficiencia de rutas de transporte público son problemas recurrentes que afectan la calidad de vida de los ciudadanos. Las obras estancadas no solo representan un obstáculo físico, sino también un símbolo de la ineficiencia y la falta de respuesta de las autoridades.
La comunidad del Danubio Azul no es la única que sufre estas deficiencias. En muchas otras zonas de la ciudad, los ciudadanos enfrentan problemas similares. La falta de inversión en infraestructura y la mala gestión de los proyectos públicos son problemas que requieren una atención urgente y soluciones efectivas.
Las manifestaciones en Usme son un llamado de atención para las autoridades. Es necesario que se tomen medidas concretas para resolver los problemas que afectan a la comunidad. La culminación de las obras pendientes, la mejora de la seguridad y la ampliación de las rutas de transporte público son pasos esenciales para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Usme y de toda Bogotá.
En conclusión, las protestas en Usme son un reflejo de la frustración y el descontento de una comunidad que ha sido ignorada durante demasiado tiempo. Es hora de que las autoridades escuchen y actúen para resolver los problemas que afectan a los ciudadanos. La culminación de las obras pendientes y la mejora de los servicios públicos son esenciales para garantizar una mejor calidad de vida para todos.