La inquietud se ha apoderado de la sociedad ante la propagación de un fenómeno que, aunque no es nuevo, ha resurgido con fuerza en las redes sociales, específicamente en TikTok. Se trata del reto conocido como “Desaparecer por 48 horas”, que ha puesto en jaque a las autoridades y ha sembrado el temor en los corazones de padres y madres. Este desafío, que se originó en España en el año 2017, ha cobrado notoriedad en México tras una serie de incidentes que han culminado en la movilización de recursos y esfuerzos para localizar a menores de edad.
El caso de José Alejandro “N”, un adolescente de 12 años del municipio de Ahome, al noreste de México, es un claro ejemplo de las consecuencias de este reto. Su desaparición, que activó un operativo de búsqueda, puso de manifiesto la vulnerabilidad de los menores ante los contenidos que circulan en internet. La familia de José Alejandro, al percatarse de su ausencia, se sumergió en la angustia y la incertidumbre, una situación que se repite en hogares donde los hijos se ven atraídos por estos desafíos virales.
El reto consiste en que los jóvenes desaparezcan durante dos días, sin mantener contacto con sus seres queridos y apagando sus dispositivos móviles para evitar ser rastreados. La “victoria” en este juego macabro se alcanza cuando los padres, desesperados, hacen pública la desaparición de sus hijos a través de los medios de comunicación. Este tipo de comportamiento no solo pone en riesgo la seguridad de los menores, sino que también distrae a las autoridades de sus responsabilidades esenciales, generando un atraso en la atención de otras situaciones críticas.
Julio César Romanillo Montoya, Secretario de Seguridad Pública del municipio de Ahome, ha hecho un llamado a la vigilancia parental sobre las actividades de sus hijos en las redes sociales. La preocupación radica en que la participación en estos retos puede derivar en secuestros virtuales o en la comisión de otros delitos, dada la cantidad de información personal que se comparte en línea.
La historia de este peligroso reto de TikTok se remonta a hace varios años, pero su persistencia y la facilidad con la que se difunde entre los jóvenes lo convierten en un desafío constante para las autoridades y la sociedad. En Bogotá, por ejemplo, se reportó el caso de una niña de ocho años cuya desaparición estuvo vinculada a este reto. La menor, que se ocultó en el sótano de su residencia y luego escapó, fue encontrada horas más tarde por la Policía de Infancia y Adolescencia.
Estos incidentes han llevado a las autoridades de varios países latinoamericanos a considerar la implementación de medidas correctivas para prevenir la realización de estos retos. La situación demanda una respuesta coordinada que involucre tanto a las instituciones como a la comunidad, con el fin de proteger a los menores y educarlos sobre los peligros que acechan en el entorno digital.
La proliferación de retos como el de “Desaparecer por 48 horas” en plataformas como TikTok y otras redes sociales, pone de relieve la necesidad de una mayor supervisión y concienciación sobre el contenido que consumen los niños y adolescentes. La colaboración entre padres, educadores y autoridades es fundamental para crear un entorno seguro que permita a los jóvenes explorar y desarrollarse sin exponerse a riesgos innecesarios.