En la penumbra del amanecer del 29 de diciembre de 2023, Juan Carlos Saldarriaga, alcalde saliente de Soacha, se dirige a los ciudadanos de su municipio con una misiva cargada de emotividad y reflexión. A través de las palabras, Saldarriaga busca no solo despedirse, sino también rendir cuentas de su gestión y sembrar esperanza en el futuro de una de las ciudades más dinámicas y desafiantes de Colombia.
La carta, que se difunde mientras la ciudad aún duerme, es un testimonio de los logros y desafíos que han marcado su administración. Saldarriaga comienza con un agradecimiento sincero, reconociendo la confianza que los soachunos depositaron en él. Esta gratitud es el hilo conductor que teje la narrativa de su gestión, una gestión que él describe como una transformación profunda, impulsada por la convicción de que Soacha podía mejorar.
El alcalde saliente no duda en destacar los avances significativos que, según su perspectiva, han cambiado el rostro de la ciudad. Habla de más de 5.000 acciones concretas, que van desde la alimentación infantil hasta la adecuación de parques, pasando por una movilidad más fluida y la intervención de 100 kilómetros de vías. Además, menciona el fortalecimiento de la seguridad, la creación de escuelas deportivas y culturales gratuitas, y la implementación de programas de vacunación para mascotas, entre otros.
Saldarriaga enfatiza la importancia de la recaudación de impuestos y la ejecución correcta de los recursos, que permitieron una inversión de 2,7 billones de pesos. A pesar de los logros, el alcalde saliente expresa su deseo de haber hecho más, pero asegura que gobernó con la intensidad y la dedicación de quien tuviera 16 años en el cargo, no solo cuatro.
El reconocimiento se extiende a su equipo de trabajo, a quienes agradece por ser fundamentales en el avance de Soacha. Resalta el esfuerzo colectivo y la visión compartida que los unió en la tarea de progresar. Asimismo, su familia recibe una mención especial, en particular su hija Luisa, quien estuvo a su lado en todo momento, brindándole apoyo incondicional.
Finalmente, Saldarriaga se dirige a los ciudadanos, a quienes considera testigos y partícipes del cambio. Les promete que, aunque ya no esté en el cargo, seguirá pensando en Soacha y trabajando por sus habitantes. La carta cierra con una promesa de lealtad y un compromiso inquebrantable con el bienestar de la ciudad.
La despedida de Juan Carlos Saldarriaga es, en esencia, un reflejo de su mandato: llena de esperanza, pero consciente de las dificultades. Su carta es un llamado a la continuidad del progreso y un recordatorio de que el trabajo por Soacha no termina con su salida, sino que es una tarea constante que requiere del esfuerzo de todos sus habitantes.