La posibilidad de una nueva ola migratoria de venezolanos hacia Colombia es un tema que genera preocupación y debate en ambos países. La encuestadora venezolana Meganalisis reveló que, según un sondeo realizado entre el 8 y el 11 de agosto, el 43,2% de los encuestados está considerando abandonar Venezuela. Este sentimiento se intensificó tras el anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 28 de julio, que declaró ganador de las elecciones presidenciales a Nicolás Maduro, sin mostrar los resultados por centro y mesa de votación.

Más de 1.000 personas respondieron a las nueve preguntas del sondeo, realizado por teléfono en Caracas y en los 23 estados del país. La encuestadora asegura que el estudio tiene un 95% de fiabilidad. Este resultado es alarmante para las autoridades de las ciudades y poblaciones a lo largo de los 2.341 kilómetros de frontera compartida entre Colombia y Venezuela. Estas regiones ya han experimentado el impacto de la migración masiva en el pasado. Según las autoridades migratorias colombianas, hasta febrero había algo más de 2,8 millones de venezolanos viviendo en su territorio.

Jorge Acevedo, alcalde de Cúcuta, una ciudad fronteriza en el noreste de Colombia, expresó su preocupación en una conferencia de prensa. “Es posible que haya una movilización migratoria. Todo depende de cómo se desenvuelvan las situaciones en el vecino país. Cúcuta ya ha tenido experiencias en otras situaciones en la atención a migrantes y nos hemos venido preparando para esta posible oleada de venezolanos. Pero esperamos que no desborde las capacidades y que no sea mayor a lo que pasó en 2015 y años anteriores”, dijo Acevedo.

Algunos venezolanos ya han optado por irse del país, especialmente aquellos que temen por su vida o ser encarcelados. Durbi Borges, una venezolana que participó en las manifestaciones del 17 de agosto, compartió su experiencia con canales internacionales. “Yo fui testigo de mesa y doy fe de que Maduro perdió en todo el país. Tuve que venirme de Venezuela porque fui perseguida, porque el Sebin nos estaba buscando para meternos presos. Y tuve que venirme a Colombia. Y desde aquí sigo en la lucha por una Venezuela libre”, relató Borges.

El ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia ha declarado que, hasta ahora, la situación es normal, pero no descarta que las cifras puedan aumentar en el futuro cercano. En una reciente visita al departamento de La Guajira, el canciller Luis Gilberto Murillo afirmó que, por ahora, no habrá declaratoria de emergencia fronteriza para enfrentar una posible nueva ola migratoria. “Son expectativas que todavía no tienen ningún fundamento”, argumentó Murillo al ser interrogado por los periodistas sobre el temor de que aumente el flujo migratorio.

Para el Gobierno del presidente Gustavo Petro, el tema es bastante sensible debido al impacto que podría tener una eventual migración masiva desde Venezuela. Las consecuencias afectarían la economía, el orden público y la situación humanitaria de los migrantes. “Un acuerdo político interno de Venezuela es el mejor camino de paz. Depende solo de los venezolanos. De nuestra parte, las poblaciones fronterizas pueden sentirse tranquilas. Las fronteras seguirán abiertas para mejorar la prosperidad común de nuestros pueblos”, sostuvo Petro en su cuenta en X, antes Twitter, el 15 de agosto.

Colombia no es solo un país de destino para los venezolanos, sino también una ruta obligada para el desplazamiento hacia otros lugares del continente y para llegar a Estados Unidos, atravesando la peligrosa ruta del Darién. “Muchos arriesgan sus vidas para buscar un mejor futuro para ellos y sus familias. Los registros de las personas que han muerto se quedan cortos ante la magnitud de esa tragedia. Y si las cosas no mejoran en Venezuela, muchos más van a salir desesperados por la situación”, comentó a CNN Rafael Páez, un venezolano radicado en Colombia que forma parte de la ONG Vente Venezuela.

En 2023, unas 520.000 personas de varias nacionalidades se arriesgaron a cruzar el llamado tapón del Darién, según cifras de la Defensoría del Pueblo de Colombia. Entre ellos, muchos venezolanos, algunos con niños en brazos y familias enteras en precarias condiciones de salud, buscan atravesar una espesa y peligrosa selva camino a Panamá. En Panamá, los controles migratorios se han incrementado tras la asunción del nuevo presidente José Raúl Mulino.

Oscar Montes, analista político y columnista del diario El Heraldo, cuestiona si Colombia está realmente preparada para recibir una nueva ola de migrantes. “Lo que hay que mirar es si Colombia realmente está preparada para recibir una nueva ola de migrantes. Los recursos disponibles son escasos y la comunidad internacional tampoco está destinando lo suficiente para una situación humanitaria de alto impacto en la zona de frontera. A nivel interno tenemos muchos problemas sociales sin resolver y el Gobierno dice que no hay dinero, e incluso se habla de una nueva reforma tributaria. Si no hay una solución en Venezuela, Colombia sin duda será el país más afectado”, comentó Montes

Las alarmas están encendidas y, según varios expertos, podría ser solo cuestión de tiempo antes de que comience un nuevo éxodo.

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