En las últimas horas del martes, 13 de febrero, se desató un incendio forestal en la vereda Casa Blanca, situada entre los municipios de Sora y Cucaita, Boyacá. Este evento ha movilizado a cerca de 20 bomberos voluntarios provenientes de Sora, Villa de Leyva y Samacá, quienes se han unido en un esfuerzo conjunto para combatir las llamas. La situación, descrita como difícil por las autoridades locales, ha requerido la intervención de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres de Boyacá, que ya ha solicitado apoyo aéreo para fortalecer las labores de extinción del fuego.
El gobernador del departamento, Carlos Amaya, ha sido una figura clave en la coordinación de las respuestas a este desastre. Según Amaya, se espera la llegada de un helicóptero durante el miércoles, 14 de febrero, para apoyar a los bomberos en terreno. Este refuerzo aéreo es crucial para la eficacia de las operaciones de control del incendio, dada la magnitud del mismo, que hasta el momento no ha sido precisada en términos de área afectada.
Este incidente ocurre en un contexto nacional donde, a pesar de una disminución temporal de los incendios forestales gracias a las lluvias recientes, el país sigue enfrentándose a una temporada seca marcada por alertas continuas. Ghisliane Echeverry, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), ha enfatizado que estas lluvias son solo temporales. De hecho, el Ideam ha pronosticado que febrero sería el mes con mayor déficit de precipitaciones y las más altas temperaturas en gran parte del país, lo que subraya la vulnerabilidad de Colombia a los incendios forestales durante esta temporada.
Desde la declaración oficial del fenómeno de El Niño en noviembre de 2023 hasta inicios de febrero, Colombia ha experimentado 582 incendios que han devastado 36.818 hectáreas, una extensión comparable al tamaño de Medellín. Este dato no solo refleja la severidad de la temporada seca sino también la urgencia de adoptar medidas preventivas y de respuesta más efectivas.
El gobernador Amaya ha extendido su agradecimiento a la comunidad y a los bomberos voluntarios por su dedicación y esfuerzos para controlar el incendio entre Sora y Cucaita. La esperanza de contar con apoyo aéreo de manera permanente es un reflejo de la necesidad de estar mejor preparados para responder rápidamente a estas emergencias.
La situación en Boyacá es un recordatorio de los desafíos que enfrenta Colombia en términos de gestión de riesgos de desastres naturales. La colaboración entre las autoridades locales, los cuerpos de bomberos voluntarios, y el apoyo del gobierno central son fundamentales para mitigar los efectos de estos incendios. Además, es crucial que se continúe trabajando en la concienciación de la comunidad sobre las prácticas de prevención y se fortalezcan las políticas de gestión ambiental para reducir la frecuencia y magnitud de estos desastres en el futuro. La lucha contra los incendios forestales en Colombia es un esfuerzo colectivo que requiere de la participación activa de todos los sectores de la sociedad.