El próximo 1 de febrero, la ciudad de Bogotá se prepara para vivir una jornada que busca transformar la movilidad y el aire que respiran sus habitantes. El día sin carro y moto se ha convertido en una tradición anual, y en 2024 no será la excepción. Según el Decreto 036 de la Alcaldía Mayor, esta iniciativa, que se celebra el primer jueves de febrero, tiene como objetivo principal promover el uso de medios de transporte alternativos y disminuir la contaminación ambiental.
La expectativa es que cerca de 2 millones de vehículos se abstengan de transitar por las calles de la capital colombiana. Este hecho no solo representa un desafío logístico sino también una oportunidad para que los ciudadanos exploren y se beneficien de otras formas de movilidad. El transporte público, la bicicleta y la caminata se perfilan como los protagonistas de este cambio temporal en la rutina de la ciudad.
La restricción vehicular no es absoluta; hay excepciones importantes que garantizan el funcionamiento esencial de la ciudad. Los vehículos de transporte público, así como aquellos que son conducidos por o transportan a personas con discapacidad, están exentos de la medida. De igual manera, los vehículos de emergencia, los eléctricos, las rutas escolares, las carrozas fúnebres, los de transporte de valores, los que pueden movilizar más de 10 pasajeros, los de servicios públicos domiciliarios, los destinados al control del tráfico y las grúas, pueden circular libremente.
Además, se permite la circulación de motos de vigilancia y seguridad privada, vehículos asignados por la Unidad Nacional de Protección, motocicletas vinculadas a empresas o plataformas tecnológicas, y aquellos destinados al control operacional y mantenimiento del Sistema Integrado de Transporte Público. También, los vehículos y motos que contribuyen al control de emisiones y vertimientos están autorizados para transitar.
La jornada, que se extenderá desde las 5:00 a.m. hasta las 9:00 p.m., no solo es un llamado a la conciencia ambiental, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la movilidad urbana y su impacto en la calidad de vida. El transporte de carga, incluyendo camionetas con carrocería, estacas, estibas, furgón y panel, así como la maquinaria agrícola, industrial o de construcción, también se verá afectado por la restricción, lo que implica una planificación anticipada por parte de las empresas y sectores involucrados.
La medida, aunque temporal, plantea preguntas sobre la sostenibilidad del modelo de transporte actual y la necesidad de avanzar hacia alternativas más limpias y eficientes. El día sin carro y moto es una ventana hacia un futuro donde la movilidad sostenible es la norma y no la excepción, un futuro donde la salud ambiental y la calidad de vida urbana van de la mano.