El panorama de los combustibles en Colombia se encuentra en una constante encrucijada, en la que el Gobierno nacional debe tomar decisiones que afectan a diversos sectores económicos del país. En un reciente anuncio, el Ministerio de Transporte confirmó que las tarifas del Acpm se mantendrán estables en los próximos meses, lo que ha generado opiniones encontradas.
El gremio de carga, que había manifestado su preocupación por un posible aumento del precio del diésel, se ha visto aliviado por esta decisión. No obstante, otros sectores económicos han expresado su descontento con el congelamiento de las tarifas del Acpm. La cámara intergremial, por ejemplo, argumentó que el Gobierno no había concertado el aumento tarifario y recordó el compromiso adquirido por parte del presidente Gustavo Petro para revisar la fórmula de fijación del precio de ese combustible.
En este contexto, el Gobierno se enfrenta a varios frentes con respecto al problema de los precios de los combustibles. Por un lado, los taxistas amenazan con irse a paro si no se reducen las tarifas; por otro, la necesidad de sanear la billonaria deuda en el Fepc también está empezando a impactar la inflación. En el último reporte del Dane, se evidenció que los precios de los combustibles están teniendo una mayor participación que los alimentos, los cuales fueron los productos que jalonaron principalmente las inusitadas alzas.
Ante esta situación, el Gobierno ha optado por mantener las tarifas del Acpm estables mientras se negocia un posible aumento del precio del diésel. Si bien esto podría impactar positivamente en la inflación, las deudas fiscales podrían verse comprometidas, especialmente en el fondo de estabilización de precios de los combustibles. En este sentido, es necesario que se busquen soluciones que permitan equilibrar los intereses de los distintos sectores económicos del país.