La entrega del Premio Planeta es un evento de gran relevancia en el panorama literario español. Este año, en su 75 aniversario, la ceremonia cobra un significado especial para la reina Letizia. No solo por su presencia, sino por las profundas conexiones sentimentales que la unen a este galardón.
Desde su compromiso con el entonces príncipe de Asturias, Letizia ha mostrado un interés genuino por la cultura. Su amor por los libros es evidente. Un ejemplo de ello es el regalo de una primera edición de “El doncel de don Enrique el Doliente” a Felipe. Este gesto no solo refleja su pasión por la literatura, sino también su deseo de compartirla con quienes la rodean. Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, la describe como «una persona muy culta», lo que subraya su influencia en el ámbito cultural.
La relación de Letizia con la literatura no es casual. Su padre aspiraba a ser escritor, y su primer marido, Alonso Guerrero, fue su profesor de literatura. Guerrero recuerda cómo discutían sobre literatura, lo que demuestra que este interés ha sido una constante en su vida. Además, durante sus primeras prácticas como periodista, Letizia se encargó de una sección de reseñas de libros en La Nueva España de Oviedo. A los 21 años, ya dictaminaba qué novelas debían leer los asturianos, mostrando su capacidad para influir en el gusto literario del público.
El Premio Planeta, el más codiciado del panorama editorial español, otorga un millón de euros al ganador. Este premio no solo es un reconocimiento a la calidad literaria, sino también un apoyo económico significativo para los escritores. La última premiada, Sonsoles Ónega, es un ejemplo de los vínculos sentimentales que unen a Letizia con el galardón. La reina hizo una fila de 40 minutos para que Ónega le firmara un ejemplar de “Las hijas de la criada”. Este gesto no solo fue un apoyo a su amiga, sino también una defensa de la dignidad del premio.
Ónega no es la única ganadora del Premio Planeta con una conexión previa con Letizia. Jorge Zepeda Patterson, ganador en 2014, también tiene una historia compartida con la reina. Durante su estancia en Guadalajara, Letizia trabajó en el periódico Siglo XXI, donde Zepeda era director. A pesar de ser novata, su dedicación llamó la atención de Zepeda, quien bromeó sobre tener “dos reinas publicando” en su periódico.
Además de estas conexiones personales, la familia Lara, propietaria de la editorial Planeta, ha sido una aliada de la familia real. En 1994, el rey emérito Juan Carlos concedió el título de marqués del Pedroso de Lara a José Manuel Lara Hernández, fundador de la editorial. Este vínculo se ha mantenido a lo largo de los años, como lo demuestra la visita privada de los reyes Felipe y Letizia al domicilio de los Lara Bosch en 2015, tras el fallecimiento de José Manuel Lara.
La relación entre la familia real y la familia Lara es un ejemplo de cómo las conexiones personales y profesionales pueden entrelazarse en el mundo de la cultura. La presencia de Letizia en la entrega del Premio Planeta no solo es un reconocimiento a su interés por la literatura, sino también un reflejo de las profundas relaciones que ha cultivado a lo largo de los años. En este contexto, su papel como prescriptora cultural cobra aún más relevancia, ya que su apoyo puede influir en la percepción pública de los galardones y de los autores premiados.
