La concentración de la selección de Argentina en Estados Unidos ha generado una serie de desafíos inesperados, más allá de los aspectos futbolísticos. El huracán Milton, que azota la costa este de Estados Unidos, ha alcanzado la categoría 5. Con vientos que superan los 250 kilómetros por hora, su nivel de destrucción ha obligado a miles de ciudadanos a evacuar varias ciudades del estado de La Florida. En este contexto, la selección argentina, que había decidido concentrarse en Miami para reducir los tiempos de viaje de sus jugadores provenientes de Europa, enfrenta serias dificultades para llegar al partido contra Venezuela programado para este jueves.
El entrenador Lionel Scaloni expresó su preocupación por la situación. “Trabajamos tranquilos, la verdad que el lugar de entrenamiento es perfecto, pero siempre está dando vueltas este tema y sobre todo cuando está la seguridad, es algo delicado. El partido es importante, pero mucho más importante es la seguridad. Entonces cuando uno habla de viento, de huracanes, que pasa cerca, que pasa lejos, que cierra el aeropuerto, bueno, quieras o no, te preocupa”, comentó Scaloni antes del partido. Estas palabras reflejan la incertidumbre que rodea al equipo, ya que el huracán podría afectar directamente sus planes de viaje.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), el ciclón tocaría tierra en La Florida este miércoles, lo que ha llevado a que todas las evacuaciones se realicen en horas de la mañana. La selección argentina, atrapada en Estados Unidos, enfrenta la incertidumbre de saber si el Aeropuerto de Miami cerrará, lo que complicaría aún más su salida. “Estamos preocupados y esperando a ver si es verdad que podemos salir, dicen que para la tarde se podrá salir, pero no tenemos las certezas. Habíamos pedido viajar hoy (por este martes) pero no se ha podido, han denegado el viaje. Así que ahora veremos si el tiempo nos lo permite”, indicó Scaloni.
La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) sigue de cerca la situación de su selección. Tanto la FIFA como la Conmebol están atentos al itinerario de la Albiceleste, que podría llegar a su enfrentamiento con Venezuela sin haber realizado entrenamientos adecuados. En las últimas horas, se ha hablado de manera extraoficial sobre un posible aplazamiento del partido, pero hasta el momento, los organismos no se han pronunciado oficialmente sobre esta posibilidad.
Además del huracán, existen otros obstáculos que complican el vuelo de Argentina a Maturín, Venezuela. Por razones diplomáticas, no hay vuelos directos desde Estados Unidos a territorio venezolano, lo que podría obligar a la selección a hacer una escala en Colombia. Argentina está evaluando la posibilidad de viajar en un vuelo chárter con bandera colombiana para llegar directamente a Maturín. Sin embargo, el avión podría tener que aterrizar en Barranquilla antes de continuar su trayecto. “No va a ser fácil llegar porque no se puede ir directo a Maturín, no se puede desde suelo americano ir directo a Venezuela. Son cosas que no dependen de nosotros, hemos tenido mala suerte”, explicó el DT argentino.
La situación es un recordatorio de cómo los eventos naturales y las tensiones diplomáticas pueden afectar el mundo del deporte. La selección argentina se encuentra en una encrucijada, donde la seguridad y la logística se han convertido en prioridades. Mientras tanto, los aficionados y los organismos deportivos esperan con ansiedad una resolución que permita que el partido se lleve a cabo de manera segura y justa.
En este contexto, es crucial que las autoridades deportivas y gubernamentales trabajen en conjunto para encontrar soluciones que garanticen la seguridad de todos los involucrados. La situación actual subraya la importancia de la planificación y la flexibilidad en eventos internacionales, donde factores externos pueden alterar incluso los planes más meticulosamente organizados. La comunidad futbolística internacional observa con atención, esperando que la selección argentina pueda superar estos desafíos y concentrarse en lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol.
