El jueves pasado, un juez de conocimiento condenó a 19 años y 8 meses de prisión a Kelly Jhoana Suárez, exreina y modelo, tras hallarla culpable del delito de explotación sexual con menor de 14 años. Kelly Jhoana Suárez Moya, quien tenía 18 años cuando se coronó reina en el certamen Popular de Independencia en Cartagena, vio su carrera despegar desde ese momento. En el barrio San José Obrero, no solo era conocida como una modelo prometedora, sino también como una líder comunitaria que ayudaba a las familias más vulnerables, ofreciendo oportunidades en el modelaje para niños, niñas y adolescentes.
Las familias del barrio confiaban en Kelly, la “pelada” que había alcanzado éxito en el modelaje y la televisión. Nadie sospechaba que detrás de su carisma y aparente altruismo, se escondía una empresa criminal dedicada a la explotación sexual de menores. Kelly lideraba una red de explotación sexual que operaba tanto en el país como en el extranjero. Su agencia de modelaje, Stage Models Caribe, servía como señuelo para atraer a jóvenes con falsas promesas de éxito en el mundo de la belleza.
La caída de Kelly ocurrió en octubre de 2014, cuando una llamada anónima alertó a las autoridades. En una cabaña en la isla de Barú, fueron encontrados varios extranjeros mayores de edad con más de 50 menores. Al llegar al lugar, las autoridades capturaron a Kelly y a otros tres hombres, quienes habían llevado a los jóvenes con engaños y los obligaban a prestar servicios sexuales, sometiéndolos a toda clase de vejámenes.
A pesar de los cargos, Kelly fue liberada en 2016 tras dos años en prisión. Un juez aceptó los argumentos de la defensa, que sostenían que no había pruebas suficientes para demostrar su participación directa en los hechos denunciados. Sin embargo, el juicio continuó, y este jueves, diez años después de su captura, un juez la condenó por proxenetismo con menor de 14 años. Esta condena pone fin a un proceso judicial que captó la atención y generó un rechazo masivo, especialmente en la Costa Caribe colombiana.
Durante el juicio, se escucharon testimonios de varias víctimas que detallaron cómo fueron engañadas y luego forzadas a prestar servicios sexuales a clientes adinerados y poderosos. Las pruebas presentadas incluyeron mensajes, registros financieros y grabaciones que vinculaban directamente a Kelly con la operación de la red criminal. A pesar de estas pruebas, Kelly siempre sostuvo su inocencia, afirmando en varias oportunidades que fue víctima de un error de identidad y que la confundieron con otra persona.
El caso de Kelly Jhoana Suárez fue tan escandaloso que inspiró a la taquillera película “Sound of Freedom” (Sonido de Libertad). En la película, el personaje de Kelly es representado como Katy Giselle, mostrando cómo convencía a los niños para venderlos a extranjeros. Aunque el nombre fue cambiado, la historia refleja la realidad de Kelly, una figura que destruyó la vida de muchas familias, ya que muchos padres entregaron a sus hijos de manera voluntaria, confiados en que se trataba del inicio de una exitosa carrera en el modelaje.